Una de las preguntas más recurrentes que recibimos en International Language es cuál es la mejor edad para comenzar a aprender una segunda lengua.
“Children’s brains are highly active”
Todos los niños tienen algo en común: su curiosidad natural y su habilidad innata para aprender.
Nuestros cerebros son dinámicos y están en constante actividad, pero el de un bebé es el más activo de todos. Diversas investigaciones demuestran que el cerebro de los bebés es dos veces más activo que el de los adultos.
¿Cuál es la importancia de aprender un idioma desde una edad temprana?
La Doctora Patricia Kuhl, experta en lingüística y especializada en adquisición del lenguaje y profesora en la universidad de Washington, habla sobre las fronteras culturales y el condicionamiento que nos producen. Una vez adquirido un idioma nuestro cerebro está condicionado a reconocer y distinguir sólo aquellos sonidos que están dentro de nuestra lengua, dificultando la percepción de sonidos de otras lenguas.
Por ello, cuando exponemos a nuestros hijos a diferentes idiomas a una edad temprana, les estamos dando la oportunidad de aprovechar su habilidad natural para distinguir y aprender nuevos sonidos de otras lenguas, y la capacidad de que dar sentido a aquello que están escuchando.
Es por eso por lo que insistimos en comenzar cuanto antes a aprender un segundo idioma, cuanto antes lo hagamos será más fácil percibir y reconocer los sonidos y por lo tanto aprender a producirlos. Cuanto más pequeños aprendemos un idioma más fácil es para nosotros la pronunciación del mismo, pero no sólo eso, nos será mucho más fácil comunicarnos, “pensar en inglés”; al aprender una segunda lengua a una edad temprana, por ejemplo el inglés, no se aprenderá a base de traducción; para nuestro cerebro será más rápido procesar la información directamente en inglés, sin traducirla.
Además, los estudios demuestran que los niños que aprenden un segundo idioma tienen mejores notas en los test estandarizados porque aprender otro idioma hace que desarrollen el habito de escucha, la observación, resolución de problemas y el pensamiento crítico. Estas habilidades una vez adquiridas dotan a nuestros hijos de una mejor preparación para el ámbito académico en general y para la vida.
